La tarta aragonesa
Per Guillermo Esteban, periodista
“Esta es una tierra de pactos”, comentó recientemente Luisa Fernanda Rudi, presidenta del Gobierno de Aragón. Cierto. Desde las primeras elecciones a Cortes de Aragón, en 1983, jamás ha existido una mayoría absoluta. Además, desde 1995, son las mismas cinco fuerzas políticas las que han ocupado las sillas del hemiciclo.
Los últimos sondeos pronostican un cambio único en dos décadas. La irrupción de Podemos y Ciudadanos romperá, casi seguro, con el juego tradicional de alianzas.
Según la encuesta más reciente, publicada por Heraldo de Aragón, el actual ejecutivo de coalición PP-PAR no podrá reeditarse en los mismos términos. Ambos partidos sumarían un máximo de 29 asientos en la cámara (actualmente poseen 37), mientras que la mayoría absoluta se sitúa en 34. La alternativa que se vislumbraba hasta la aparición de Podemos, un posible tripartito de izquierdas (PSOE+CHA+IUA), según el citado diario, alcanzaría los 24 escaños en el mejor de los supuestos. Por tanto, dado el escenario, será ineludible contar con las nuevas formaciones emergentes (Podemos y C’s), a los que se les otorga entre 11/14 y entre 7/11, respectivamente.
¿Apoyará Echenique un gobierno de izquierdas? ¿Qué formaciones formarían parte del mismo? ¿Se arriesgará C’s a dar soporte a una coalición PP-PAR? ¿Veremos uniones, a priori, contra natura? Son varias las cuestiones a responder.
El único vaticinio posible es que las Cortes aragonesas serán aún más multicolor. Una pluralidad que, siendo bienvenida, quizá avoque a una repetición electoral ¿tras el verano?